Meloni y Macron aparcan sus rencillas y escenifican un nuevo entendimiento

Aunque el galo fue el primer líder internacional en verse con Meloni en Roma el día después de su toma de posesión como jefa del Gobierno en octubre de 2022, desde entonces ambos han mantenido una tortuosa relación en la que se alternaron las fases de cooperación con los episodios de distanciamiento. Este martes trataron de escenificar con el encuentro que mantuvieron en la capital italiana, seguido de una cena de trabajo, que ambos países vuelven a entenderse.

La cita, que había sido solicitada por Macron, arrancó con retraso y con un largo intercambio de besos y sonrisas frente a las cámaras de la televisión que había congregadas en el patio del Palacio Chigi, el edificio situado en el centro de Roma donde tiene su sede la oficina de la primera ministra. Entre los temas tratados en el encuentro bilateral destaca la situación de Ucrania en el contexto de las dificultades que están encontrando las últimas negociaciones realizadas en Turquía para tratar de alcanzar un alto el fuego con Rusia.

Aunque tanto Francia como Italia forman parte de la llamada Coalición de Voluntarios que apoya a Kiev, lo cierto es que Meloni se quedó fuera de la última visita que Macron realizó a la capital ucraniana, acompañado por el primer ministro británico, Keir Starmer, y por el canciller alemán, Friedrich Merz, quien impulsó el viaje.

Pese a la ausencia de la primera ministra italiana en aquella visita, Roma mantiene su apoyo a Ucrania, pues Meloni no ha movido un centímetro la posición atlantista de su país en los casi tres años que lleva ya al frente del Gobierno. En su análisis de la situación de la guerra en esta nación invadida en parte por Rusia se esperaba que los líderes de Italia y Francia afrontaran cómo ha cambiado la posición de Estados Unidos en el conflicto desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump.

Meloni puede jactarse de ser una de las mandatarias europeas que cuenta con una relación más fluida con el presidente estadounidense, con quien se reunió en Washington el pasado 17 de abril. Fuentes del Ejecutivo galo mostraron el «respeto» que Macron siente por el entendimiento del que la primera ministra italiana goza con Trump, aunque subrayaron el deseo de que aporte beneficios para toda la Unión Europea, que mantiene abiertas las negociaciones con Estados Unidos para poner fin a la guerra de los aranceles impulsada por el líder republicano. En París también se recordó que las competencias en el ámbito comercial corresponden a la Comisión Europea.

Además de la situación de Ucrania y de las negociaciones con Estados Unidos, otro de los temas calientes que trataron Meloni y Macron fue el de la inmigración. No han faltado los roces en ese ámbito durante los últimos años debido a las múltiples devoluciones en caliente de irregulares realizadas por las autoridades galas hacia la frontera italiana. Ambos países decidieron reforzar su colaboración bilateral en la prevención de la migración irregular, reforzar la defensa de las fronteras exteriores europeas y mejorar la cooperación con naciones de origen o tránsito de migrantes para facilitar las expulsiones.

En ese ámbito resulta crucial la situación de Libia, el país del que zarpan buena parte de los desplazados y refugiados que cruzan el Mediterráneo Central para tratar de llegar a Europa. Aunque en el pasado París y Roma han mantenido posturas muy alejadas acerca de cuál podía ser la mejor manera de estabilizar la nación norteafricana, hoy sus posiciones son más cercanas.

Sobre la mesa del encuentro entre Meloni y Macron también estaban las negociaciones sobre el próximo cuadro financiero europeo, que será determinante para fijar las prioridades estratégicas de la Unión.