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La empresa Superstruct Entertainment sufre desde hace un par de semanas un boicot por parte de los 80 festivales de música que organiza en medio ... mundo, muchos de ellos en España (Sónar, FIB, Viña Rock...) al haberse conocido que el año pasado fue comprada por el fondo Kohlberg Kravis Roberts (KKR), gestor de una promotora de viviendas en territorios ocupados en Palestina por Israel. Por este motivo, Superstruct ha colgado en la parte superior de la portada de su web un 'Comunicado sobre la propiedad y los valores' de la firma, donde pide el «fin inmediato del conflicto y que la ayuda humanitaria llegue a quienes sufren en Gaza». Asegura además que todos los ingresos y beneficios obtenidos en estos eventos se quedarán dentro del propio circuito musical del que salen, descartando implicitamente que algún euro pudiera ir a apoyar la causa israelí en esta guerra.
El comunicado empieza diciendo: «Lo que está sucediendo en Gaza e Israel ha impactado profundamente a nuestra comunidad. Estamos horrorizados por la magnitud del sufrimiento y la crisis actual. Estos acontecimientos han suscitado, con razón, preguntas urgentes y fuertes emociones, incluso en nuestros artistas, nuestra gente y nuestro público. Nos unimos a quienes piden el fin inmediato del conflicto y que la ayuda humanitaria llegue sin demora a quienes sufren en Gaza».
En España, grupos asiduos al Viña Rock ya expresaron su negativa a volver a actuar y el Sónar se vio obligado a lanzar un comunicado ante la ola de cancelaciones en el que condena «el genocidio en Palestina», aclara que no tiene beneficios directos de KKR y asegura que todos los ingresos «se reinvierten en futuras ediciones». El boicot no está solo funcionando en nuestro país, festivales como el Tramlines de Sheffield, en Inglaterra, también se han visto obligados a desvincularse de una supuesta postura proisraelí.
La empresa ligada al fondo KKR prosigue en su comunicado admitiendo que son «conscientes de que existe una cantidad importante de debate y discusión en torno a nuestros festivales y nuestra propiedad, en relación con estos eventos». Explican que sus «propietarios, compuestos por nuestros promotores y varias firmas de inversión», les apoyan para lograr «los más altos estándares y la mejor experiencia que los fans y artistas esperan». Añaden que, operativamente, Superstruct se gestiona «de forma independiente y toma sus propias decisiones basándose en el mejor interés» de fans, artistas, socios y colegas, y asegura que los festivales que ellos organizan tienen «la facultad de tomar sus propias decisiones comerciales para reflejar el mundo cambiante en el que operan».
En este sentido, aseveran que todo el dinero que ganan sirve para retroalimentar el negocio musical del que sale: «Todos los ingresos y beneficios de los eventos y festivales de Superstruct permanecen íntegramente dentro de nuestro negocio y se destinan al desarrollo y la realización continuos de nuestros festivales en todo el mundo».
«En Superstruct, nuestro propósito es crear y mantener experiencias musicales con repercusión global. Creemos que la música debe unir a las personas; tiene el poder de conectar a través de fronteras, orígenes y creencias, y nos comprometemos a construir espacios que lo reflejen. Nuestro enfoque sigue siendo crear experiencias en vivo que unan a las personas a través de la música, no que las dividan», finaliza el comunicado, que puede encontrarse en www.superstruct.com/statement.
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