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El euskera se confirma definitivamente como un tema central de la política vasca que sin duda marcará la agenda en lo que resta de legislatura. ... Imanol Pradales ha lanzado este lunes su iniciativa para lograr un «acuerdo amplio» en torno a los principios y ejes para la revitalización de la lengua en las próximas décadas. El lehendakari se da hasta 2027 para conseguirlo, pero más a corto plazo busca un primer entendimiento entre los partidos –especialmente entre PNV y PSE-EE, socios de gobierno, que mantienen diferencias al respecto– para hallar «soluciones» frente a las sentencias que han tumbado requisitos lingüísticos en la Administración.
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Un acto en el Azkuna Zentroa de Bilbao al que han acudido agentes de la comunidad euskaltzale, instituciones, partidos y empresas ha servido este lunes para desplegar un camino cuya meta pretende ser un «salto cualitativo» para el euskera. La premisa es que la lengua vasca, tras décadas en las que ha visto multiplicarse su conocimiento, se encuentra ante un «cruce de caminos» por las transformaciones sociales y tecnológicas. Y esos cambios, según el lehendakari, precisan de respuestas «actualizadas y adecuadas» que garanticen su futuro. «Si queremos resultados distintos, obligatoriamente tenemos que hacer cosas distintas», ha resumido.
Pradales ha tirado del componente emocional e histórico para rememorar cómo sus predecesores José Antonio Aguirre y José Antonio Ardanza convocaron en 1956 y 1987, respectivamente, sendos congresos internacionales para «salvar» el euskera y que «gracias a su trabajo, lo consiguieron». Y con esa misma filosofía, en 2027 se celebrará un nuevo foro «grande, heterogéneo y significativo» cuya preparación comenzará en septiembre de este año con la búsqueda de un gran acuerdo no sólo entre los partidos sino con todos los agentes lingüísticos y con la sociedad: «Necesitamos la adhesión e implicación de todos. Consciencia».
Por lo pronto, las dos principales fuerzas políticas han recogido ya en mayor o menor medida el guante. El PNV, por boca de su burukide de Euskera, Markel Olano, ha situado la revitalización del idioma como una «cuestión central para el partido y para el país» y ha atribuido «liderazgo y ambición» a la iniciativa del Gobierno vasco: «Hay que dar pasos». Por su parte, EH Bildu ha exteriorizado los resultados de la ronda de contactos que ha mantenido el último mes con agentes de la euskalgintza. Su parlamentario Josu Aztiria ha concluido que «hay condiciones para dar un nuevo impulso» que redirija un proceso de revitalización que «no está sano».
En todo esto del futuro del euskera, instituciones y partidos hablan de buscar grandes consensos a largo plazo, pero en paralelo la acumulación de sentencias –en torno a una treintena– que invalidan requisitos lingüísticos en el acceso a la función pública ha planteado un nuevo desafío inminente. Tal y como adelantó EL CORREO la semana pasada, el PNV está tratando de convencer al PSE-EE para pactar un blindaje de la exigencia del euskera en las OPE, aunque las posturas están aún lejanas porque los socialistas han rechazado las primeras propuestas. Y en ese contexto, Pradales ha querido aprovechar el acto de este lunes para hacer un llamamiento al acuerdo.
El lehendakari se ha referido a las resoluciones judiciales que han afectado a ayuntamientos y diputaciones como «piedras en el camino» de la euskaldunización de la Administración y ha reclamado «responsabilidad» a los partidos para lograr un entendimiento que deje a un lado la «discusión política instrumental». Ha aludido a que «los principales grupos del Parlamento están trabajando para lograr soluciones acordadas» y ha señalado que vienen «semanas decisivas» para la eventual consecución de ese acuerdo.
El mandatario nacionalista también ha querido referirse nuevamente a la polémica suscitada el viernes por Isabel Díaz Ayuso, cuando abandonó la Conferencia de Presidentes al empezar a hablar Pradales en euskera, tal y como estaba permitido. El lehendakari se ha preguntado «por qué tenemos que aguantar ese tipo de comportamientos», que atribuye a «una forma intolerante y monocolor de entender la sociedad». Ha tachado la actitud de la presidenta madrileña como «una falta de respeto a todo un pueblo» e incluso se ha arrancado con las estrofas del clásico 'Ikusi mendizaleak', aunque sin entonar: «Gu euskaldunak gara, Euskal Herrikoak».
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María de Maintenant e Iñigo Fernández de Lucio
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