¿Cuánto sabes de Bilbao?

En 725 años de historia, Bilbao ha acumulado muchas curiosidades que hasta los más bilbaínos desconocen. Así que te proponemos un pequeño juego en el que seguro que descubrirás detalles que desconocías de la Villa y, de paso, te permitirán sacar pecho entre tus amistades.

Se trata de un sencillo cuestionario con diez preguntas. Después de cada una de ellas encontrarás la respuesta correcta con su explicación pertinente. Pero ¡no vale hacer trampa! Contesta primero a la pregunta y descubre cuántos lectores han sido capaces de responder correctamente. ¿Empezamos?

Don Diego López de Haro (c. 1250-1310), conocido como 'el intruso' fue hijo del señor de Bizkaia Diego López III de Haro y de Constanza de Bearne. Biznieto de Alfonso IX de León, fue mayordomo mayor del rey y alférez del rey Fernando IV de Castilla,​ y adelantado mayor de Castilla. Fundó Bilbao mediante una carta puebla firmada en Valladolid en 1300. Murió en Algeciras en 1310.

Según algunos estudiosos de la obra de Tolkien, el hobbit Bilbo Bolsón (Bilbo Baggins) recibe indirectamente su nombre de la ciudad de Bilbao, que en los textos medievales y renacentistas ingleses figura como Bilboa.

Bilbo es también el nombre que se da en inglés a un tipo de estoque pequeño, la daga vizcaína del siglo XVI. El metal del que se elaboraba se extraía en Bilbao y era llevado a Toledo, donde se fabricaba el arma. Tolkien pudo tomar el nombre de esta arma y de las menciones a Bilbao y su acero en las obras de Shakespeare.

Y es que en la obra de Shakespeare 'La alegres comadres de Windsor', el término «Bilbo» o «Bil-bo» se refiere a los espadas o cuchillos fabricados con hierro de Bilbao. Shakespeare utiliza este término para describir a Falstaff doblado como una buena espada de Bilbao, «doubled like a good Bil-bo». 'Falstaff', la ópera de Verdi, recoge el término en su libreto, adaptación del drama de Shakespeare.

En agosto de 1872, ahora hace 153 años, tuvo lugar la visita a Bilbao de Amadeo de Saboya, rey de España entre enero del 71 y febrero de 1873. Llegó el jueves 7 de agosto y marchó el lunes 13, tras retrasar un día la salida a causa de una fuerte tormenta. Entre los actos programados para agasajarle, se incluyó una fiesta veneciana. La Plaza Nueva fue sellada e inundada para formar un estanque iluminado a la veneciana por el que navegaban varias góndolas adornadas vistosamente. El evento quedó inmortalizado en un cuadro pintado por Manuel Losada para la Sociedad Bilbaina mucho tiempo después, en 1946.

La frase «el mundo entero es un Bilbao más grande» es un verso de Miguel de Unamuno que forma parte de su poema 'Hoy te gocé, Bilbao', incluido en la colección 'Rimas de dentro', publicada en 1923.

Este poema, compuesto en 1908, refleja el profundo cariño de Unamuno por su villa natal, Bilbao, y en él conecta la identidad bilbaína con un sentimiento de hermandad global.

El final de la composición dice «Tuve un rato en mis manos / su mano abandonada, / y al despedirnos, para mí, me dije: / Hermanos somos todos los humanos, / El mundo entero es un Bilbao más grande».

El último verso se ha convertido en una de las frases más recordadas de Unamuno (por lo menos en Bilbao).

Doña Toda, de la que no se conocen otros datos biográficos más allá de su nombre, que hoy día resulta tan llamativo, fue una dama bilbaína con la que Fernando el Católico mantuvo relaciones y con la que tuvo una hija ilegítima.

Según contaría Delmas ya en el siglo XIX, cuando «el rey don Fernando el Católico hizo estancia en la villa de Bilbao (1476), fue por él requerida de amores y muy solicitada, quedando encinta y dando a luz una niña que se llamó María, a la que apodaron La Excelenta y a quien su madre crió sigilosamente» hasta que su existencia fue descubierta por la reina Isabel.

Como era costumbre con los hijos ilegítimos de los reyes de Aragón, la niña pasó a llamarse María de Aragón, nombre que también tuvo otra hija ilegítima de Fernando. Ambas Marías fueron religiosas y llegaron a abadesas de sus respectivos cenobios. Carlos I las trató a las dos y les tuvo mucho cariño, consultaba asuntos importantes con ellas por carta y se refería a ellas como «mis tías». Toti Martínez de Lezea llevó la historia de Toda y María a su novela 'La abadesa'.

La Gran Armada, conocida después como Armada Invencible, fue una flota naval española organizada por el rey Felipe II en 1588 para la llamada Jornada de Inglaterra: el intento de invadir Inglaterra y derrocar a Isabel I que acabó en catástrofe. Varios de los 122 barcos que formaron parte de la también conocida como Felicísima Armada eran vizcaínos. La escuadra vizcaína de la Armada Invencible, dirigida por el almirante bilbaíno Juan Martínez de Recalde, estaba compuesta por 14 navíos. De estos 14, algunos eran galeones, pero no se puede precisar con exactitud cuántos.

Recalde logró regresar a La Coruña a bordo de su maltrecho galeón, el San Juan de Portugal, abatido y desconsolado «por ver cuán de entre las manos se nos ha ido una victoria tan gloriosa». Era el 7 de octubre de 1588. Murió sufriendo de «calenturas» el día 23.

La Casa Gardoqui e Hijos ayudó a los revolucionarios estadounidenses con provisiones y dinero durante la Guerra de Independencia (1775-1781). Barcos fletados en Bilbao transportaron mantas, polainas, botas y pólvora para el ejército rebelde hasta Nueva Orleans, vía La Habana. La carga ascendía luego por el Misisipí, eludiendo a los espías británicos y surcando en los que soldados españoles y franceses luchaban contra británicos e indígenas americanos. Tan necesarios como las provisiones fueron los préstamos que los Gardoqui canalizaron a través de su banco hacia la Revolución americana; casi diez millones de reales de vellón en total, dos de ellos aportados por la familia y el resto, procedentes de la Hacienda de Carlos III.

Esa suma representaba 'grosso modo' la cuarta parte de los 37 millones de reales que se transfirieron desde el Reino de España al Congreso Continental (los delegados de las Trece Colonias rebeldes). Como remate, acabada la guerra, Gardoqui hizo llegar a George Washington dos burros como obsequio para su finca agrícola de Mount Vernon.

La idea de construir un campo propio para el Athletic surgió en 1912, cuando la junta directiva presidida por Alejandro de la Sota decidió que los socios aportaran una contribución mensual para recaudar el dinero necesario. El Athletic, fundado en 1898, había disputado hasta entonces sus partidos en los campos de Lamiako (Leioa) y Jolaseta (Getxo), por lo que era necesario disponer de un terreno de juego más céntrico. Se eligió la vega del asilo de San Mamés, cerca de la Gran Vía, aunque en aquella época el solar era un descampado rodeado de huertas y caseríos, cerca de la Santa Casa de Misericordia y el convento de los Capuchinos.

Las obras comenzaron el 20 de enero de 1913 y el presupuesto de los trabajos, dirigidos por el arquitecto bilbaíno Manuel María Smith, ascendió a 89.061 pesetas con 92 céntimos. Para la inauguración, la directiva programó un torneo en el que participaron el Athletic, el Racing de Irún y el Shephend's Busch de Inglaterra. El primer gol en San Mamés fue marcado por Rafael Moreno, Pichichi, en tanto que el empate fue obra del irunés Patricio.

El único pasajero del primer vuelo sin escalas entre Bilbao y Madrid fue el político socialista Indalecio Prieto (1883-1963). Ocurrió el 27 de julio de 1920 y la prensa se hizo eco del viaje, aunque en los titulares primó la circunstancia de que Prieto era el pasajero sobre la novedad de que se trataba del primer vuelo ininterrumpido desde la villa hasta la capital de España. Así, 'El Pueblo Vasco' tituló en su primera página que «Prieto se traslada a Madrid por la vía de los aires». El subtítulo destacaba la corta duración del trayecto «con el aviador Poiré, en poco más de tres horas». El avión, un Caudron pilotado por el francés Alphonse Flavien Poiré, un veterano de la Gran Guerra, salió de Artxanda, donde se instaló el primer aeródromo que tuvo Bilbao. El viaje de ida fue sin problemas, pero a la vuelta hubo que aterrizar de emergencia en Burgos.

Introducido el 4 de diciembre de 1963, el microbús Azulito, conocido así por el color predominante en su carrocería, recorrió las calles de Bilbao durante más de 25 años, hasta mediados de 1989. Dos características que distinguían este servicio eran las paradas a demanda, similar a un taxi, y la prohibición de viajar de pie en su interior, de la que derivó que fuera conocido también como el cielito, porque solo podían entrar los justos. En 1970 este medio de transporte urbano incorporó a las primeras conductoras de autobuses urbanos de todo España.

¿Qué tal ha ido? ¿Cuántas has acertado? Seguro que te ha sorprendido que Fernando el Católico tuviese una amante bilbaína llamada Doña Toda. O que gran parte de los estudiosos de la obra de JRR Tolkien 'El señor de los anillos' coincidan en que Bilbo Bolsón toma su nombre de nuestra Villa. Seguro también que calles como 'Alameda Recalde', 'Gardoqui' o 'Pintor Losada' cobran ahora otro significado.

¿Y lo de inundar la Plaza Nueva para que navegasen góndolas? ¡Pues claro! En Bilbao lo hacemos todo a lo grande. Y ahora ya puedes sacar pecho entre tus amistades y sorprenderles con estos detalles de la Villa que seguro que desconocen... por muy «de Bilbao» que sean.

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