Varios representantes del AFA con el solar al fondo, ocupado desde hace meses por maquinaria y material de la obra de Los Fueros. L. G.

«Llevamos ya seis años desplazados y Trueba necesita volver a su barrio»

La dirección del instituto de Barakaldo desalojado en 2018 y las familias ansían la construcción del centro y piden que no se demoren más los plazos

Lunes, 9 de junio 2025

Ninguno de los alumnos que fueron desalojados de manera apresurada a finales de 2018 del instituto Trueba en Barakaldo, tras detectarse problemas graves en el ... hormigón, podrá estrenar el nuevo centro. Pese a que se prometió que estaría listo en 2023, tardaron dos años en derribarlo y sucesivos retrasos, por la guerra de Ucrania y errores en el proceso de licitación, han hecho que a día de hoy no se haya iniciado su construcción. Según confirmaron fuentes del Gobierno vasco a este periódico a principios de año, la intención era que los trabajos arrancaran en el presente mes de junio, pero lo cierto es que en el solar del barrio de Lasesarre la única maquinaria que hay es la que se está utilizando para la reforma del paseo de Los Fueros.

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Mientras tanto, la eterna espera continua, y los 640 estudiantes siguen desplazados en la antigua escuela de Ingenieros de Minas, a las afueras del municipio, gracias a una cesión municipal, después de que la comunidad educativa fuera trasladada dos meses a Bilbao, a Artazu Goikoa, tras la rápida clausura del edificio ya desaparecido. Desde 2019 dan clases a más de un kilómetro del lugar que les corresponde. «Se han cumplido ya 6 años y este curso se ha graduado en 2º de Bachillerato la primera promoción que no conoció el instituto. Hay una desvinculación importante. Lasesarre necesita su instituto y Trueba necesita su barrio», declara Begoña Gorostiaga, directora del centro, a quien el cierre le causó «un gran impacto», aunque le pilló haciendo las prácticas de la OPE en otro instituto, después de pasar los dos años anteriores allí.

«Nos llegaron a decir que empezarían las obras en abril, pero siempre parece que es y luego nada, a seguir esperando»

Ahora, en este «exilio forzoso» y ya al frente del centro, la responsable repasa las numerosas carencias con las que tienen que lidiar a diario por los graves problemas de falta de espacio. «Tenemos un gimnasio insuficiente que hace que nuestro alumnado necesite desplazarse hasta el polideportivo de Lasesarre, un comedor muy pequeño, y no tenemos patio cubierto». Además, según relata, las ventanas «no aíslan bien» y en los meses de calor «el tercer piso es como un invernadero, haciendo realmente incómodo estar seis horas sentado en un aula en esas condiciones». «Trueba es una comunidad de supervivientes», declara Gorostiaga, destacando la resiliencia de toda la comunidad educativa. «Saber que para el curso 2027-2028 podremos estrenar centro será una digna recompensa a estos años de espera difícil, en condiciones inadecuadas».

Infografía del nuevo edificio que se levantará en el mismo solar, junto al bidegorri y la calle Aldapa, con el patio abierto hacia Rubén Darío G. V.

Este instituto recoge a los alumnos que han completado su etapa en Primaria en tres centros de la localidad: Larrea, Rontegi y El Pilar. Los padres de los actuales estudiantes aseguran estar viviendo «con incertidumbre» la espera, debido sobre todo a «la falta de información». «Nos llegaron a decir que empezaría en abril, pero siempre parece que es y luego nada», han declarado a EL CORREO Laura Segura, Susana Peña, Leire Luengo, Álvaro González, Beatriz Otero, Estíbaliz de Sebastián e Iratxe Azpillaga, varios de los representantes de la Asociación de Familias de Alumnos (AFA).

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Sin biblioteca ni autobús

Mientras tanto, afirman que sus hijos siguen desplazados, sin biblioteca y con salón de actos y patio compartido con el instituto de Minas. «En las graduaciones de los de ESO no pueden acceder los padres porque no hay espacio, y en los recreos a los de 3º y 4º les obligan casi a salir a la calle para no saturar más el recinto». «Al estar desplazados han dejado de hacer actividades y convivencia entre ellos. La memoria se está perdiendo, no hacen suyo el instituto», señalan, remarcando que el servicio de autobús que tenían desde el inicio los menores, después del cambio de ubicación, «ya ha desaparecido».

Tras una reunión hace meses con representantes del Gobierno vasco y del Ayuntamiento, reclaman conocer cuándo empezarán los trabajos. «Va a ser un instituto distinto, con un concepto abierto al barrio. Tenemos muchas ganas, para volver a ver movimiento de niños por aquí, y que puedan tener todas las comodidades que ahora les faltan».

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