Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En su mayor prueba diplomática desde su investidura en mayo, el canciller federal alemán, Friedrich Merz, se reunió este jueves con el presidente estadounidense, Donald ... Trump, en la Casa Blanca con la esperanza de consolidar una relación personal a pesar de sus diferencias en asuntos de peso. El líder conservador viajó a Washington dispuesto a utilizar toda su capacidad para lograr un entendimiento que ponga fin a la guerra en Ucrania, reforzar la respuesta de la OTAN a las crecientes amenazas externas y saldar la guerra comercial promovida por el magnate con la Unión Europea.
Era una reunión de gran valor para Merz que, en vista de las encerronas a los presidentes de Ucrania, Volodímir Zelenski, y de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, en sus respectivas citas con Trump en la Casa Blanca, llegó al encuentro preparado y con consciente de que debía medir sus palabras. «Siempre es importante no hablar durante demasiado tiempo», adelantó el canciller germano en una entrevista a WDR en la víspera de su visita. «Tienes que adaptarte a él e involucrarte con él, sin bajar el nivel de lo que somos», reconoció. Eso sí, avisó, «no vamos suplicando».
El jefe de la CDU buscó en las últimas semanas el consejo de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y del presidente de Finlandia, Alexander Stubb, para evitar la confrontación con el líder republicano. Tanta preparación dio resultado: el encuentro de este jueves se desarrolló en un tono «muy amigable». Trump felicitó a su invitado por su victoria electoral en febrero -«es un muy buen representante de Alemania», le alabó- y Merz le regaló un facsímil del certificado de nacimiento de su abuelo, el germano Friedrich Trump.
Uno de los temas delicados de la cita era la guerra de Ucrania. El jefe del Kremlin, Vladímir Putin, había comunicado un día antes al presidente de EE UU por teléfono su intención de responder «con firmeza» al ataque de Kiev a su aviación estratégica. Merz se esforzó este jueves en enfatizar que Trump «es la persona más importante» en el proceso para poner fin al conflicto, pero reforzó la idea de que Rusia es el agresor. Ambos, dijo el norteamericano, están «descontentos» con el actual escenario, pero coincidieron en que tendrían éxito en sus esfuerzos en alcanzar la paz.
«EE UU puso fin a una guerra. Y hoy tiene la fuerza suficiente para poner fin a otra», afirmó el alemán. «¿No fue un día agradable para ustedes?», le cuestionó el republicano sobre el desembarco de Normandía. «Esta fue la liberación de mi país de la dictadura nazi. Sabemos lo que les debemos», contestó su interlocutor.
Trump sugirió que tal vez fuese mejor dejar que rusos y ucranianos «luchen por un tiempo» antes de intervenir. «Lo ves en el hockey, lo ves en los deportes», soltó ante la prensa. La misma guerra que unos segundos antes había calificado como «baño de sangre» es, a su juicio, «como ver a dos niños pequeños peleando como locos». «Se odian y pelean en un parque, e intentas separarlos. No quieren ser retirados. A veces, es mejor dejarlos pelear por un tiempo y luego separarlos», comentó en el Despacho Oval, mientras el canciller le miraba en silencio. No obstante, el norteamericano no descartó la aplicación de sanciones a Rusia. «Cuando vea que esto no cesa (...) tomaremos medidas enérgicas», advirtió. Y para ello tiene una «fecha límite en la cabeza» aunque evitó decirla.
Donald Trump
Presidente de EE UU
Friedrich Merz
Canciller federal de Alemania
El dirigente germano, que ha puesto en marcha un plan millonario para reforzar el ejército, recibió los elogios de Trump por su apuesta por la inversión militar. «No estoy seguro de que el general MacArthur hubiera dicho que es positivo. A él no le hubiera gustado el rearme de Alemania, pero creo que es bueno. Al menos hasta cierto punto. Habrá un momento en que diré: 'No más rearme. Ya veremos», señaló el magnate.
Alemania es uno de los miembros de la OTAN que cumple -y supera- con el listón de gasto en defensa establecido hasta ahora para los aliados: el 2% del PIB nacional. Sin embargo, Merz ha propuesto elevarlo hasta el 5%, tal y como exige EE UU a sus socios de la organización militar. El canciller trató de utilizar el compromiso de su país en materia de seguridad para tratar de llevar a su anfitrión a comprometerse a un mayor apoyo a Kiev y conseguir de él una mayor participación europea en futuras conversaciones de paz para Ucrania. «Hoy sentamos las bases para unas buenas conversaciones con Trump en el G7 y la OTAN», dijo el alemán.
El encuentro fue aprovechado por Merz para tratar de convencer también a Trump -en nombre de los Veintisiete- de que dé un paso atrás en su política arancelaria. «Creo que las conversaciones sobre comercio fueron muy bien», valoró. En la comparecencia conjunta no se visibilizó el malestar de Alemania con las interferencias de algunos miembros de la Administración Trump, en especial el vicepresidente JD Vance, en la política germana, incluso con muestras de apoyo a la ultraderechista AfD. Merz no hizo alusión a este asunto, al menos en público.
«Estoy extremadamente satisfecho», compartió el canciller tras el cara a cara. «Regreso con la sensación de haber encontrado en el presidente estadounidense a alguien con quien puedo hablar muy bien a nivel personal», añadió Merz, que logró salir ileso, e incluso con unos cuantos halagos, de su cita en la Casa Blanca.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Así se hace el lechazo deshuesado del restaurante Prada a Tope
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.