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Simon nació cinco minutos antes que Adam, pero el pequeño es un centímetro más alto que el mayor. Al margen de eso, los dos hermanos ... Yates, mellizos, son iguales. Cuando corrían juntos los confundían. Demasiado. Tenían que cambiarse el peinado o el color de las zapatillas para que no hubiera equívocos. Simon Yates y su hermano nacieron en Bury, Inglaterra, en 1992. El don del ciclismo probablemente le vino de su padre John quien disfrutó de ese deporte en su club y también compitió para el equipo local de atletismo Horwich Harriers.
El ganador del Giro tuvo su primera experiencia con el ciclismo de competición a los nueve años. Recordaba haber visitado el Centro Nacional de Ciclismo en Manchester y quedar fascinado por el espectáculo. Poco después se unió al Eastlands Velo. Destacó con numerosos títulos con el Bury Clarion. Fue reclutado para el programa de la academia del British Cycling y ganó un campeonato Mundial de Pista Júnior en 2010 en Madison. A su hermano no lo eligieron. Fue su primera separación.
🫂 Heroes of the Finestre. #GirodItalia pic.twitter.com/ogbR2nxL6v
— Giro d'Italia (@giroditalia) June 1, 2025
En 2011, se forjó una reputación de ciclista talentoso con una serie de grandes resultados, incluyendo una victoria de etapa en el Tour del Porvenir. En 2012 consiguió el título Senior British Madison. En 2014, Simon se unió al equipo Orica Green-EDGE ya como profesional después de recibir una oferta del todopoderoso Sky. La rechazó: «Si hubiéramos fichado por ellos estaríamos siempre tirando del grupo. Así no se aprende a ganar carreras. Cuando se deciden las etapas ya estás detrás y agotado». Así que los dos hermanos ficharon por el equipo australiano. Consiguió una actuación destacada en la París-Niza. Sin embargo, un mes después se fracturó la clavícula en una caída durante el Giro de Turquía ganado por su hermano Adam.
🚀 Adam. Simon. Prepare for trouble! Make it double! #Giroditalia pic.twitter.com/kCbRlsVNZG
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En 2018 era líder sólido del Giro, pero cuando ya acariciaba la victoria final, con tres minutos de ventaja sobre Chris Froome, el infierno se le vino encima. Lo perdió todo aquella tarde aciaga entre la tierra y el polvo de la Finestre, lugar en el que el sábado se redimiría para su 'vendetta'. Unos meses más tarde recuperó la sonrisa tras ganar la Vuelta a España con el incondicional apoyo de su hermano Adam. Cuando se presentó la edición de este año, reconoció que nunca había vuelto a subir a la Finestre. «Será emocionante, sin duda, es un momento de mi carrera que siempre recuerdo». Claro que lo recordó, aunque parecía casi una entelequia poder darle la vuelta a la historia. La pugna entre Del Toro y Carapaz facilitó sus planes, y el apoyo del gigante Van Aert acabó por cerrar el círculo. Su hermano Adam no pudo cargar a sus espaldas al líder mexicano, que lloró la pérdida del rosa.
Hace tiempo que no comparten equipo. Simon fue fiel al mismo grupo deportivo hasta 2024, cuando lo reclutó el Visma; Adam se marchó en 2021 al Ineos y después al UAE, y el Tour de 2023 que salió de Bilbao ofreció una escena insólita: a falta de 6,3 kilómetros de la meta en el Parque Etxebarria, los gemelos Yates se separaron del grupo de favoritos para disputarse la victoria de etapa y, con ella, el primer maillot amarillo. Más allá de la pugna fraternal, el momento anticipaba una tendencia creciente en el ciclismo moderno: el peso estratégico de los segundos espadas en equipos construidos en torno a líderes absolutos.
Adam recibió luz verde para abandonar su rol de gregario de Tadej Pogacar y unirse al ataque de su hermano. A dos kilómetros del final la carrera se convirtió en un duelo fraternal. Simon atacó primero, pero Adam respondió y se llevó la victoria. La diferencia fue mínima —cuatro segundos—, pero suficiente para cambiar narrativas. Simon fue honesto: «Estoy eufórico por él, pero también quería ganar». Ese episodio es apenas una pieza de una rivalidad profesional que ha evolucionado en paralelo a la madurez deportiva de ambos corredores.
La temporada 2025 marca un nuevo punto de inflexión. Adam consolida su papel como apoyo principal de Pogacar, mientras que Simon cambió de entorno tras más de una década en Jayco. Su fichaje por Visma no solo respondía a un deseo personal de renovación, sino también a una necesidad del equipo: contar con un ciclista experimentado capaz de cubrir el vacío que podría dejar cualquier ausencia o debilidad de Vingegaard en el Tour.
Pero de momento Simon ya ha conseguido para su equipo la primera grande de la temporada gracias a su astucia, a su fortaleza y a ese afán de permanecer discreto durante todo el Giro, siempre a la sombra de Roglic y Ayuso primero, de Del Toro y Carapaz después, y a su facilidad para robarles la cartera a los favoritos llegando desde atrás.
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