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Elvira Gil abrió en noviembre de 2023 una tienda 'vintage' en pleno centro de Bilbao en la que vendía su propia ropa de firma y ... la de sus amigas. Un montón de tarros antiguos para guardar las medicinas decoraban su original y llamativo comercio, pintado por ella en tonos verdes y amarillos. La clientela se compraba un abrigo de Max Mara o un vestido de Antik Batik y se llevaba de regalo las tiritas y juanolas que Elvira enseguida sacaba del cajón. Esta zaragozana de 55 años abrió su boutique en el local que antes ocupaba la farmacia Fernández De La Mela, propiedad de la familia de su marido y donde ella trabajó durante dos décadas. «La tienda de moda fue mi segunda hija, pero tuve que cerrar cuatro meses después de inaugurarla porque se empezó a hundir el suelo e iba a acabar nadando con los mubles en la ría», bromea ahora, porque en el momento «fue horrible».
Elvira tuvo que bajar la persiana y armarse de paciencia para acometer una reforma integral, que se ha prolongado durante un año. En todo este tiempo, ha aprovechado para seguir formándose y ha viajado en busca de tesoros de otros tiempos para vender en 'Elvintage21', la tienda que acaba de reabrir en el número 21 de Alameda de Recalde. «He realizado un curso de 'personal shopper' y ahora estoy con otro sobre redes sociales. También he visitado Portugal y Bruselas, un paraíso lleno de tiendas 'vintage'», cuenta. Esta emprendedora siempre ha sido una apasionada de la ropa con vida previa, porque «antes las prendas duraban más y la moda no tenía tanta prisa». «Yo siempre he vestido a mi bola, diferente al resto de la gente, sin seguir reglas. Creo que cada prenda tiene una historia y me apetecía compartirla con los demás», cuenta.
En esta etapa, Elvira quería empezar de nuevo, con energías renovadas y nuevas propuestas, así que vende todos los albarelos que antes tenía en la farmacia. La tienda presenta un aspecto completamente renovado, pero sigue siendo un popurrí maravilloso que refleja a la perfección el espíritu creativo y ecléctico de su dueña. La clientela se puede encontrar desde un abrigo de visón negro con la imagen de Mickey Mouse y una falda de tul roja customizada por ella, al puro estilo Carrie Bradshaw, hasta un broche con forma de rana o un bolso 'vintage' que compró en un mercadillo de Santiago de Compostela a «unas señoras que estaban recaudando fondos para la iglesia». «Tengo prendas de mi armario y otras que me han dado mis amigas, de marcas como Antik Batik, Max Mara, Uterqüe, Zara... Y ropa de tiendas que ya han cerrado. El otro día unas chicas de Nueva York se llevaron media tienda», cuenta. El precio va de los 5 euros de un broche a los 200 de algún abrigo de piel, su perdición.
- ¿Qué es lo más especial de la tienda?
- ¡Odin! ¡Mi perro! Y de ropa, un vestido de novia de Victorio & Lucchino de los años 70 con el que se casó la prima de un amigo. Una auténtica fantasía en seda.
En 'Elvintage21' hasta el mobiliario tiene una historia. Elvira se lo compró a Maite Argaluza, que cerró en noviembre B54, su inolvidable boutique de Colón de Larreátegui. Es lo único que no está a la venta, porque las lámparas 'vintage' que decoran el escaparate también se pueden comprar. Incluso los libros que guarda en unas baldas, con títulos como 'Historia del medicamento' o 'Enciclopedia ilustrada de los cactus y otras suculentas', buscan una nueva vida. Además, quiere acoger exposiciones de arte y talleres, es decir, que su local sirva como un espacio de encuentro.
Elvira no entiende los looks sin unos buenos complementos, así que también ofrece originales collares multicolor, bolsos de mano con pedrería o gafas de sol de Etro o Ray-Ban. Y, en esta segunda etapa, también ha hecho un hueco a la moda masculina. «Tengo desde cazadoras vaqueras de Levi´s o Carrera hasta camisas de Vans. Y quiero traer mucho más, pero no me da la vida». Lo que sí ha traído de momento son vajillas antiguas, desde jarrones de cerámica de Manises hasta platos de los sesenta y setenta de la mítica marca francesa Arcopal.
De momento, Elvira sigue con el curso de redes sociales -Instagram «lleva mucho curro y no es nada fácil»-, así que abre de lunes a viernes de 11.00 a 13.30 y de 18.30 a 20.30 horas. Y los sábados solo por la mañana, hasta las dos y media. «Quizá acabe abriendo también los domingos, pero tengo que ir viendo cómo marcha la cosa». Eso sí, dice que a la segunda va la vencida y que espera jubilarse en su tienda. «Estoy con mucha fuerza, alegría e ilusión». ¿Sigues regalando tiritas y juanolas a la clientela? «Ya no, pero si me compran algún artículo especial se lo meto dentro de una caja de puros. ¡Las colecciono!».
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