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Oculto entre frondosas encinas, en pleno corazón de la Sierra de Badaia y a apenas quince minutos de Vitoria por carretera se enclava un exuberante ... edén que vuelve a rebrotar y florecer con fuerza. El Jardín Botánico de Santa Catalina, esa gema verde que envuelve un monumento histórico en medio de la La Llanada, reabre sus puertas al público el próximo jueves 12 (con entradas gratis hasta el 22) tras casi 4 cursos de clausura en los que se ha sometido a unas importantes mejoras. Unas obras que además de potenciar esa mágica fusión de naturaleza y misticismo aspiran a relanzar su potencial turístico y multiplicar sus visitantes –suma 17.000 anuales–.
Reapertura. El Jardín Botánico de Santa Catalina se reabre al público el próximo 12 de junio, viernes. Las entradas al espacio serán gratuitas hasta el próximo 22 de junio. Lleva cerrado desde finales de noviembre de 2021.
Las mejoras. Se han renovado los sistemas de riego e iluminación y la consolidación del monasterio. Se ha implementado un sistema de recogida de aguas pluviales, y se ha instalado un punto de recarga para vehículos eléctricos.
Precio. 3,5 euros la entrada general. Se adquiere en taquilla o de forma anticipada en la web.
Horario. En horario de verano (de junio a septiembre), se 11.00 a 15.00 horas los jueves y viernes y de 10.00 a 20.00 sábados, domingos y festivos. A partir del 1 de octubre, de jueves a domingo, de 11.00 a 15.00.
El agua es uno de los elementos clave en el revivir de este vergel ubicado en Trespuentes, concejo perteneciente al municipio de Iruña de Oca, titular del Jardín. Su alcalde, Mitxel Montes, muestra in situ a EL CORREO las diferentes actuaciones emprendidas en el recinto, centradas en buena parte en los sistemas de riego. Los trabajos, acometidos con más de un millón de euros de fondos europeos y otras partidas del Consistorio, se han dirigido a «la infraestructura». Mientras que las ruinas del monasterio jerónimo datan del siglo XIII, las áreas de vegetación se empezaron a levantar en el año 98 y, transcurrido más de un cuarto de siglo, requerían de una «actualización». De ahí que se hayan puesto al día redes hidráulicas y eléctricas del recinto, cerrado por obras desde finales de noviembre de 2021.
El conjunto de cientos de especies vegetales que brotan en el jardín, a las que en estas actuaciones se han incorporado nuevas y atractivas variedades florales, mejorarán su conservación gracias a la modernización «integral» del sistema de riego así como de la iluminación. En ese contexto se ha acometido una «acción importante» consistente en la creación de un sistema de recogida de aguas pluviales que permitirá la reutilización del líquido elemento y, por tanto, una gestión más «sostenible» del mismo. Así, bajo tierra se han instalado «más de dos kilómetros» de tuberías. También rejillas de evacuación por las que entran las precipitaciones y las conducen hasta unos grandes depósitos colocados en el aparcamiento, en una cota más baja. En el parking, asimismo, se ha instalado un punto de recarga «gratuita» para coches eléctricos alimentado con placas fotovoltaicas.
Y es que este destino con 5 hectáreas de terreno y otras tantas «zonas climáticas» se emplaza «en una vaguada, por lo que cada vez que llueve va recogiendo toda esa agua». Con las obras de reforma se han colocado rejillas que se supone que son rejillas de evacuación de agua, lo que están haciendo es una canalización desde abajo hasta arriba. Tras estas reformas, el último punto de toma de agua llega hasta la parte más alta del jardín, y «hemos pasado de 1 a 4 kilos de presión», lo que mejora sustancialmente las tareas de riesgo y mantenimiento del amplio catálogo de plantas y flores.
Una mejora similar se ha aplicado a las redes eléctricas. Hasta antes de estas obras era imprescindible llevar generadores hasta la zona del monasterio para poder realizar conciertos o eventos. Ahora, tras las reformas, el suministro «llega aquí arriba», lo que facilita la programación de actividades. Visitas guiadas, música en directo, talleres, charlas y otras propuestas se están programando ya por parte del Consistorio de Iruña de Oca y la Asociación de Amigos del Jardín.
Esa mágica combinación de oasis con patrimonio de la época medieval es donde reside el atractivo de Santa Catalina. Una simbiosis que refleja el escudo del espacio: la espadaña sobre la hoja de arce. Y casi más que la vegetal, la parte edificada del espacio (declarada Conjunto Monumental en 2023) requiere de un exhaustivo mantenimiento periódico. Un trabajo que también se ha llevado a cabo en durante este parón, a través de «la consolidación de varios muros» del antiguo monasterio con aportación económica de la Diputación. El compendio lo forma la torre primigenia, la iglesia, la casa palacio de los Iruña, el convento y el claustro, así como los aljibes exteriores «originales». Para mejorar la conectividad del recorrido se colocará un sistema de antenas wifi que permitirán navegar por todo el recinto.
Una escalinata metálica de caracol, cerca de la muestra permanente de bonsáis, permite acceder a un mirador con vistas espectaculares de la capital y la llanura alavesas. En las noches estivales, el espacio es un lugar «ideal» para contemplar lluvias de estrellas o la denominada 'superluna'. En el extenso recorrido por el jardín y el monasterio también existe un mariposario que se va a transformar en una zona de descanso con enredaderas de rosas.
Si bien, desvela el Montes, hay dos jornadas al año en las que 'visitan' Santa Catalina las lepidópteras «por cientos», otro de los secretos que fascina al viajero.
Son las 7 de la mañana. Amanece en el Jardín de Santa Catalina cuando sus numerosos 'moradores' se muestran en todo su esplendor. Corzos, conejos, jabalíes, ranas, aves... La fauna que puebla el Jardín Botánico es «brutal» cuando el ser humano deja de estar presente. Si una persona acude ese momento al lugar, es como si los diferentes animales estuvieran «vigilando» al visitante, describe Montes, que ha vivido esta espeluznante situación.
Una experiencia que se va a extender a los visitantes por medio de las nuevas tecnologías. Junto con instalación de la conexión a internet en todo el espacio, se van a colocar cámaras de grabación con las que será posible «la observación y estudio» de esa abundante y también frenética flora y fauna que habita en el enclave natural.
Con presos
Además de sus infraestructuras, el Jardín también ha renovado su gestión, de la que se encargará la asociación OFYBE, entidad dedicada a apoyar la inserción sociolaboral de colectivos en situación de vulnerabilidad. Para realizar trabajos en el espacio también suelen acudir presos del cercano centro penitenciario de Nanclares por medio de un convenio que igualmente persigue su inserción.
A su vez, se mantendrá el programa fomentado por el Consistorio hace un lustro que permite visitas de personas con diversidad funcional sin coste.
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